El mayor enemigo en el despegue de un avión es su peso, la temperatura exterior y la altitud del aeropuerto. Si el avión pesa mucho le costará ganar velocidad y si la temperatura exterior y la altitud son elevadas, los motores no desarrollarán toda su potencia.

Cuando alguno de éstos supuestos se da, el avión no puede despegar. La pista no es lo suficientemente larga para que el avión alcance la velocidad de despegue. Sin embargo, en alguna ocasión los ingenieros han tenido que buscar la solución a éste problema usando cohetes. Ésta es su historia.